Por : Laura Alejandra Cardenas T
Los días comenzaron a no
tener sentido desde que el destino decidió cambiar los planes de Martha, una
mujer de cabello negro con algunos visos blancos que por experiencia sé que
deben de contar más de una historia de dolor, el mismo dolor que se ve en sus
ojos y se escucha en lo entre cortado de su voz cada vez que pronuncia su
nombre.
Martha quien por alguna
razón no quiere ser conocida o reconocida por su historia es quizás una de las
seguidoras más fervientes del padre Umaña y no por fanatismo católico mucho
menos por ayudas económicas “el simplemente cambió mi vida” afirma cuando se le
pregunta que paso…
Su problema radicaba en
mantenerse en una profunda depresión de la que probablemente no quería y no
encontraría salida sola, cuenta con algunas pausas para evitar las lágrimas que
quizás hasta hoy han sido esos sus peores y más horribles días y es que no hay
nada peor para el ser humano que ir por la vida sin un sentido, una guía o algo
que complemente la esencia del verdadero significado de la palabra humano.
En medio de su infinita
tristeza recurrió al alcohol, las salidas y luego evito la comida para llegar
al punto del encierro, y es que no hay nada mejor que estar alejado del mundo
cuando el mundo es tu mayor problema, dejo amigos, familiares y conocidos en el
pasado del que vivía ahora en simples recuerdos.
Pero gracias a Dios ese no
fue su final, morir sola en una habitación donde los recuerdos hacían eco cada
segundo. Una amiga de las verdaderas no se dio por vencida ante el rechazo de
Martha.
Recurrió al padre Umaña
contó su historia y el lleno de compromiso le pidió que la llevara a él no para
convencerle de cambiar su vida directamente, solo para saber de ella quizás
hablarle y hacerle entender por medio de la palabra el sentido del que
necesitaba.
Y así comenzó el proceso al
que ella llama reconstrucción pero del que se quejaba para ella no era más que
terapia y acercarse a un Dios que para ella había muerto o quizás no le
interesaba lo que pasara en su vida y por eso le había negado a misericordia y
el amor.
El padre solo en
conversaciones y con sutileza le daba mensajes de aliento cuando la veía le
pidió entonces que lo acompañara a las eucaristías a las que nunca fue en los
primeros días pero luego algo dentro de sí , le pidió fuertemente que se
acercara.
La decisión de cambiar el
rumbo era completamente suya pero las Palabras del padre empezaron a tener
sentido, y es que lo caracteriza su don del habla y una inmensa paz que quizás
sea lo que lo hace tan especial y carismático.
La rutina de su vida cambió
ya que el tiempo se lo dedicaba a las eucaristías, grupos de ayuda y en
colaborar en todo lo que el padre Umaña necesitara ya que si en algún momento
surgía la idea de decaer él tenía el pasaje bíblico perfecto para entender que
quizás los “demonios” como ella los llama estaban evitando que entrara de nuevo
en paz al mundo de los que irán al cielo.
Martha ahora es más que una colaboradora del padre
se considera su amiga y seguidora, “personas como el merecen el cielo” repite
al darse cuenta que el guio a su corazón para el cambio y el encuentro con unDios que se encuentra en todas partes para el que así lo cree.
Su aspecto es diferente
ahora trabaja en un buen lugar y el dolor no es más que un recuerdo que cuentan
sus ojos o sus canas blancas fruto de la experiencia de la vida, jamás cuenta
su historia porque no quiere crear polémica o que la tilden de fanática.
Su idea es afirmar que el
padre es la conexión directa con el cielo y que desde que su corazón entro de nuevo
en el reino de Dios todo está en paz, y que el que sigue y cree en lo que el
padre Umaña profesa esta por buen camino.
Jamás dejara de resaltar las
características que hacen que el padre sea conocido más que por la religión por
su don de cambiar vidas e irradiar paz al que se le acerque pidiendo ayuda o un
consejo para el cambio.
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