viernes, 9 de septiembre de 2016

LA GESTACIÓN DE LA RADIO EN ZIPAQUIRÁ


La historia depende de quien la cuente


Dicen que el medio de comunicación con más relevancia en la mitad del siglo XX fue la radio, no solo por su inmediatez, sino por la confidencialidad que se hacía entre el locutor y el oyente. Así sucedía en uno de los territorios con mayor influencia en los procesos históricos de sabana centro. Zipaquirá un municipio ubicado al Norte de la ciudad de Bogotá a tan solo 40 minutos en vehículo para nuestros días, a más de tres horas en tren hace 50 años. El paisaje ha cambiado, las calles del centro antes empedradas ahora son adoquinadas, por donde transitaba el burro o la mula, actualmente transitan los desprevenidos peatones lejos de imaginar que por aquellas calles y en esas casas tipo coloniales, que se alzan imponentes mostrando el poder que alguna vez tuvieron ocurrieron historias de las cuales, un transistor fue el testigo auditivo de infinitas conversaciones.

Son las cuatro de la mañana de un día cualquiera del año 1965, el sonido ensordecedor de aquel animal que por disposición divina le fue dado el don de ser el despertador natural del ser humano, anuncia el alba con su especial canto. Es hora de levantarse, atender las necesidades que demanda el sector rural se hace necesario, ordeñar el ganado, lidiar con la cochera de los puercos, dar de comer y cambiar el agua a los pollos. En aquella habitación, en medio de los sonidos de la naturaleza, un ruido, una voz ajena a ese contexto aparece irrumpiendo la soledad…

Armoniaz Zipaquireñas
-Buenos días, son las cuatro de la mañana, amanece en la providencia de Zipaquirá, un saludo muy especial para todas las personas que a esta hora se conectan con esta su emisora radial, La voz de Cundinamarca. 

Aquella voz viene de un pequeño y frágil aparato, un transistor. Un noble instrumento que será la compañía en los días que están por venir. Esta trasmisión pertenece a una de las mujeres que se desempeñó en la locución cuando apenas la radio llegaba a la ciudad de Zipaquirá, Rosalba Castro, persona recordada en el medio, maestra de grandes voces de la radio nacional. El deporte fue trascendental para empezar a reconocer la radio como un instrumento base de la socialización y contextualización de lo que estaba sucediendo, el evento más recordado y que consolidó el auge de este medio fue, la Vuelta a Colombia en bicicleta, el ganador, Héctor el Zipa Forero, personaje oriundo de estas tierras salineras. La voz de Cundinamarca que trasmitía en la calle tercera con carrera séptima, sale del aire perdiendo su reconocimiento como emisora, sería este suceso el detonante para que naciera Armoniaz Zipaquireñas, hoy filial de Caracol Radio llamada Armoniaz Vive Vive. Pedro Eduardo Rozo, más conocido como el loco, apoyado por su esposa la señora Rosalba Castro, se aventuró en la creación de una emisora que fuera destinada al campesino, realizó las gestiones para tener un trasmisor que modulara hasta los 1600 KHz, así fue como se ganó su seudónimo. Haciéndose acreedor del dial 1580 AM, que tiempo después pertenecería a Ecos del Palmar y por motivos del ministerio de las telecomunicaciones hoy es la única emisora a nivel nacional registrada en el dial 1600 AM.

La tragedia de Armero convirtió a Armoniaz en una de las emisoras filiales de la cadena radial Caracol, en ese momento se necesitó de la unión de las distintas emisoras para comunicar al país el acontecimiento por órdenes del presidente de la época Belisario Betancourt. A pesar de las tragedias los fines de semana estaban destinados para el baile, la diversión, la juerga o la pachanga, para la década de los ochenta inicios de los noventa existieron dos programas insignias de esta emisora, además muy recordados por los habitantes de la ciudad, uno de ellos; la ruleta musical, programa que incursionó en las complacencias musicales, la emisora recibía cartas de oyentes que se leían al aire, estas cartas contenían saludos, mensajes a familiares. Para que los mensajes se realizaran, en el sobre donde llegaba la carta, también llegaba una cantidad de dinero, es decir se pagaba para que el locutor pudiese decir el mensaje al aire. Sin duda el domingo se hizo para disfrutar y así fue como nació; el Maratón Bailable, el programa insignia y representativo de la cultura Zipaquireña.


La cita era los domingos en aquel salón, las personas que se encontraban en la periferia de la ciudad, asistían a la eucaristía en la catedral principal, motivo por el cual la afluencia de público era bastante grande. Noviazgos, amistades que aún perduran en el tiempo se dieron en aquel mágico escenario donde la música era la protagonista. La música guasca, los géneros como carranga, ranchera y bailable permitieron que ese momento quedara en las mentes de los ciudadanos. Por motivos de violencia y porque algunos mensajes que llegaban a la emisora pertenecían a los ejércitos revolucionarios del pueblo dando indicaciones de manera cifrada a sus amigos de la causa, el ministerio de las telecomunicaciones decidió terminar con este tipo de programas llegando a su real terminación.  Ya han pasado aproximadamente 48 años desde su primera trasmisión al aire, esta emisora se mantiene viva aun estando en el AM, manteniendo un programa que retoma la forma característica de llegar al campo, a los campesinos, programa que se emite a las cinco de la mañana y lleva por nombre; Buen Día con Armoniaz.

Para ver entrevista completa visite: 
Entrevista Jonathan Cano




Por: Eduardo Murillo 

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