Por:
DIEGO ARMANDO RODRIGUEZ
Hablar del teatro Mc Douall,
es hablar del reflejo de una cultura zipaquireña, de generaciones que crecieron
con obras de teatro y diferentes
actividades que representan el arte en su mayor expresión y aunque hoy se encuentre en un lamentable
estado dentro de sus largas filas y su
majestuoso escenario en madera, guarda diferentes historias con diversos significados emocionales, que hacen de este
lugar un sito lleno de nostalgia.
Su origen se remonta al año
1913 por parte de “Teatro S.A.” un conglomerado de individuos con la necesidad
de crear un lugar, donde las personas tuvieran un espacio para entretenerse y compartir
en familia, para esto tomaron las ideas propuestas en los planos
del ingeniero Pediro Cantini pero su construcción se detuvo por no contar con los fondos suficientes,
pasaron varios años y la obra seguía estancada, sin rumbo, y así la junta de
accionistas de “Teatro S.A” decidió vender su idea en 3000 pesos referentes a
la época, el trato se selló en 1925 y de esta manera paso a manos del municipio, la administración busco
por ciertos años la persona adecuada que representara los ideales que se
esperaban del teatro, encontrando al señor José Lascano Berti arquitecto cucuteño que impuso su imaginación y toda su ardua
labor en cada detalle para elaborar
minuciosamente los espacios para cada silla, cada puerta y ventana, un lugar
que estaría a la altura de los mejores del país y de américa latina por su
estilo colonial, un sitio que atrajera
gente de otros lugares para que se topara con la magia de su gente y al abrirse
el telón en cada presentación sus caras
se llenaran de sorpresa, su nombre es un recuerdo y honor para uno de los poetas de aquel lugar
representativo de la sal… Zipaquirá, Roberto Mac-Doull quien estudio en Nemocon
y Bogotá entre los años 1867 a 1870 después en 1872 empezó una vida en diferentes cargos públicos
pero también una vida a la literatura, a cada letra que escribía en cada página
de sus diferentes libros; El joven Arturo, el Bárbula, Colon en Jamaica son
algunas de sus obras dividas en poemas y novelas más desatacadas y así se
convirtió de apoco en un hombre importante con un significado inmemorable,
tanto que el tiempo no lo olvido y por
lo contrario su nombre se impuso en lo más alto, en una de las arquitecturas
que representaría el folclor y las diversidades de muestras culturales.
Pero ¿Cuáles son las
actividades específicas que se llevaron dentro de este escenario? Para tener
una respuesta clara de esto, hablamos con el señor Carlos Riaño Porque es un habitante cien por ciento
zipaquireño y la infinidad de cosas que sabe del municipio no las trasmite un
libro o página en internet las cuales la verdad
son para admirar, un hombre ya entrado en edad que nos recibió en una
floristería donde actualmente diseña hermosos ramos, la entrevista empezó y se
prolongó por media hora, entre sus
recuerdos él mencionaba que el cine era el
mayor atractivo, las funciones se dividían en dos, una en la mañana y otra en la noche, uno
presentación para los niños y otro para
un público más adulto, decía con mucha
nostalgia que el precio para acceder era muy económico y todos los que
participaban llegaban vestidos como si fueran a una gran fiesta, los hombres de
corbata, con los zapatos bien lustrados
las mujeres de vestido y tacón, adornadas con sus collares y anillos dándole al
teatro mucha clase , el respeto por el era inmenso pero don Carlos lo que más destaca es el respeto por la otra
persona por aquella que de la misma manera se entregaba y alzaba su mirada para encontrar un sinfín de
historias expuestas a través de un gran proyector, pero no solo era el cine, el
reinado de la sal que se realizó durante los primeros tres años le dio un auge
y empujón a la carrera exitosa del Mc Douall, Carlos Riaño acaricia su gato
mientras nos continua deslumbrando con más historia, él sigue contando que el
público extraña su teatro, que no hay otro lugar en Zipaquirá que pueda
aguardar a tanto hombre, mujer y niño, que no hay lugar que tenga la misma
acústica gracias a su espejo de agua, que hoy no se encuentra en las largas
calles de este municipio un lugar que respalde la cultura y los colegios como lo hizo esta gran edificación, muchos
estudiantes dieron sus últimas palabras o cantaron el himno nacional antes de recibir su diploma
que determinaba que su ciclo en la escuela había terminado o políticos que
empezaban sus campañas reunían a sus seguidores para animarlos con sus
discursos elocuentes con en el simple fin de votar por ellos, todo esto dicho
por don Carlos que concluye con dos puntos muy importantes, el primero, su
memoria trae a él unos de los últimos
eventos, el ballet clásico de ucrania, un espectáculo internacional el cual
dice él no le hicieron la publicidad necesaria y hubo pocos espectadores, su segundo punto es el tema del
por qué esta en esas condiciones el día de hoy, a él le parece que la razón
principal del abandono del teatro son los mismo habitantes porque desde el
momento en el cual llegaron los centros comerciales como el éxito o centro chía
todos empezaron a movilizarse para ver una película o pasar el tiempo en esos
lugares y dejaron de a poco en el olvido al teatro y este dejo de contar con la
mano económica que brindaban sus visitantes y al pasar el tiempo no se contaba
con algún recurso para pagarle al celador, la señora de la limpieza y al
encargado del proyector cayendo en la soledad hasta por las diferentes
administraciones que han pasado año tras años prometiendo mejorar y restaurar
lo que está dañado como las puertas y ventanas
pero como es común a veces esto solo queda en las palabras y no se hacen
las verdaderas obras que se necesitan para volverlo a la gloria que era antes y es con esto que concluye Carlos Riaño un
señor con un gran conocimiento de Zipaquirá.
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