Nostalgia del pasado
26 de Noviembre 2016
Por: Geraldín Arévalo Arévalo.
El progreso de un barrio, que día a día trabajó por un desarrollo en comunidad. Edificaciones, una Capilla y un colegio que ayudadron al crecimiento del barrio, que es su momento no fue más que un potrero desolado.
El progreso de un barrio, que día a día trabajó por un desarrollo en comunidad. Edificaciones, una Capilla y un colegio que ayudadron al crecimiento del barrio, que es su momento no fue más que un potrero desolado.
Florecientes huertas adornaban las pocas casas que habían hace
cincuenta años en aquel pequeño barrio llamado “Coclies” del municipio de
Zipaquirá, un nombre bastante peculiar, según sus habitantes fue nombrado de
esta manera debido a que en el parque principal del barrio habitaban varias
nidadas de pájaros conocidos como “Cocli”, es hay donde surge la idea de
ponerle ese nombre al barrio.
Para 1967 no eran más de nueve casas las que habían en esos inmensos
potreros y una pequeña escuela que no tenía más de 20 estudiantes, la Institución Mariscal Sucre, pues era una
de las casas la que servía como aula de clase, “había un sólo baño y los
dormitorios servían para dividir los cursos y dictar clase” expresó Don Pedro
Ríos, uno de los habitantes que fue parte de aquella buena historia, como suele
nombrar a la escuela que no sólo le enseñó a leer, también a ser mejor persona,
dice que fue muy afortunado pues recibir clase hace poco menos de 50 años
perteneciendo a una familia de clase media era más que un privilegio.
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Institución Mariscal Sucre Tomada de: Fcaebook "Barrio Los Coclies". |
Al llegar el medio día los niños salían de la escuela hacia sus
casas, iban almorzaban, hacían las tareas en compañía de sus madres, tenían que
aprovechar la luz del día, debido a que hasta cierta parte del barrio había
alumbrado público, “pero eso no era ningún impedimento ya nos habíamos
acostumbrado a alumbrar con esperma” y a las seis de la tarde cada niño
regresaba a su casa, cansados de tanto correr por aquellos inmensos predios,
algunos regresaban con raspones en sus rodillas pues las vías no estaban
pavimentadas y por supuesto no faltaba quien se cayera, pues la carretera era
muy empinada y correr por ahí se convertia en todo un riesgo.
Con el pasar de los años iban llegando más familias, ya para 1973 el
número de viviendas que se habían construido era bastante alto, para ese
momento todas las casas contaban con el servicio de alumbrado público. En
cuanto al agua nunca se vieron afectados debido a que por los dos costados del
barrio pasaban dos quebradas, una conocida como “El Chorro”, donde todas las
familias se abastecían del preciado líquido, pues el agua desendia bastante
rápido y por supuesto eran agua muy limpia; cada familia consiguio una manguera
que partía de la quebrada hasta cada una de las casas, de esa manera cada
vivienda contaba con un gran servicio, no por parte del gobierno sino de la
naturaleza. Según la señora Ilde quien ha vivido en el barrio ya hace un poco
más de cuatro decadas, fueron bendecidos por Dios con aquellas maravillosas
quebradas, “El agua del chorro era mucho
mejor que la que actualmente llega por parte de la empresa de acueducto de
Zipaquirá, esta de ahora sólo contiene químicos, la de antes era pura, de la
naturaleza”.

Para ese entonces habían cultivos de papa, maíz, cubios y otro tanto
de hortalizas, era lo que más se veía en el barrio, grandes sembrados que eran
regados con el agua de la quebrada, poco a poco se fue sustituyendo por
construcciones y hoy en día de eso ya no queda nada, aumentar el recuerdo.
Con la llegada de las empresas al municipio se generaban más
opciones laborales, ¿pero que sucede cuando se beneficia la economía pero se
afecta el medio ambiente? esa pregunta nunca se pasó por la cabeza de los
residentes del barrio Coclies y hoy en día muchos de ellos se arrepienten de no
haberse dado cuenta de la grave afectación que le causaron a la quebrada el
Chorro. Pues con la construcción de una ladrillera en la parte alta del barrio
muchos se veían bastante beneficiados, tenían el trabajo ahí, cerca, no tenían
que caminar distancias exorbitantes para llegar hasta el trabajo, al parecer
todo era muy positivo, además ahí mismo podían conseguir el ladrillo para
construir sus viviendas, a bajo precio y de buena calidad. Sin embargo los
hornos botaban bastante humo, el cielo se tornaba un tanto grisáceo, y los
desechos que diariamente salían de aquella empresa eran arrojados a la
quebrada, por lo que años más tarde el agua dejó de ser pura. “Como suele suceder
en la mayoría de los casos, las empresas llegan, hacen de las suyas, acaban con
los pocos recursos que tienen los barrios y se van como si nada, dejando a su
paso sólo contaminación” expresa uno de los residentes que vivió muy de cerca
este flagelo en contra de la naturaleza.
“Martes de plaza” todos los hombres cabeza de familia luego de un
arduo trabajo en empresas de flores o en las ladrilleras, llegaban a su casa,
algunos tomaban un vaso de refresco, cogían un papel en el que estaba el
listado de mercado que debían comprar, agarraban una canasta y se disponían a
bajar hasta el centro, pues a pesar de que ya habían muchas familias viviendo
allí, no contaban con ninguna tienda, ni panadería; todo debían comprarlo en
las tiendas del centro, eran más de 25 minutos bajando a pie hasta la tienda
más cercana, “el problema no era bajar, sino subir con esas canastas repletas
de mercado, mucho peor si llovía”, recuerda Asencion Castillo, quien llegó muy
joven al barrio junto con su familia. Su
padre llegaba exausto, casi en la noche pues era cuestión de tradición ir cada
martes en la tarde de compras, “el comercio se ponía bastante pesado, todas las
tiendas se llenaban, y en la plaza no cabía ni un alma más” y uno de los
mayores problemas era que para ese momento no subían los buses, o como eran
llamados anteriormente los “urbanos” por lo que debían subir el mercado en
burros, pero sólo aquellos que contaban con la suerte de poseer uno, otro tanto
tenía que subir las empinadas lomas que caracterizan al barrio a pie, con las
canastas al hombro, cuando llovía el camino se volvía intransitable, eran un
completo lodazal y se demoraban casi el doble de tiempo en subir hasta sus
casas.
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Celebración Virgen del Carmen. Tomada por: Alba Lucia Salazar |
A mediados de 1980 se empezaron a pavimentar las vias, los urbanos
ya subían hasta la famosa “Y” del barrio. La casa de la señora Marta Suárez,
quedaba un poco retirada de donde la dejaba la buseta, tenía que caminar más o
menos 10 minutos, pero sin lugar a dudas fue un gran proceso para el barrio,
“los urbanos pasaban cada media hora, subían repletos y donde uno se quedará
del último que pasaba como a las 5:30, le tocaba subir a pie”; expreso con algo
de melancolía “ese fue el mejor momento de todos”, se podía caminar por las
calles en la noche, solos... Y no había ningún peligro, las puertas de las
casas se dejaban de par en par y no pasaba nada. Es en este momento donde surge
el interrogante ¿qué pasó? Si era un barrio tranquilo, construido por familias
luchadoras, trabajadoras, ¿en qué momento la delincuencia se apoderó del
barrio?, el concepto de familia se tenía muy claro, se respetan la.palabra de
los padres, profesores y adultos mayores. Pues según muchos de sus
habitantes con la llegada de tantas
familias al barrio se comenzó a volver muy inseguro y traigo a colación
aquella famosa frase “todo pasado fue mejor” o por lo menos eso es lo que se
escucha mencionar en cada adulto mayor.
No se puede negar que algo no ha cambiado ni cambiara jamás, es el
hecho de que cada persona que llega a la parte alta del barrio se enamora de la
maravillosa vista, pues desde ahí se puede apreciar un 70% de Zipaquirá y
algunos municipios aledaños. Un barrio de tradición católica, de hombres y
mujeres trabajadores. Apasionados por aquel viejo deporte que tantas alegrías y
triunfos a llevado al barrio: el tejo.
Sigue siendo tradición que cada viernes se reúnen los hombres a jugar,
dicen que no hay nada que los llene más de alegría que estallar una mecha y
tomarse una cerveza fría, anteriormente se brindaba con guarapo o chicha que se
vendía por “garrafas” en las dos tiendas que acaban de llegar al barrio, una
bebida bastante apetecida para todos aquellos que querían pasar un rato
agradable con sus amigos.
https://www.youtube.com/watch?list=UU2uYpIG0_pm31FcdeatErZg&v=diL2yYpsB58
Biografia:
https://www.youtube.com/watch?list=UU2uYpIG0_pm31FcdeatErZg&v=diL2yYpsB58
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Infografía Barrio Los Coclies |
Biografia:
- Comuactiva 7 Barrio los Coclies. 23 de Noviembre de 2016. From https://www.youtube.com/watch?v=GbPJA8aPpdg
- Emprender Colombia. 23 de Noviembre de 2016. From http://entreprenurshipcolombia.blogspot.com.co/2011/07/chicha-guarapo-y-masato.html
- Bogotá mejor para todos, el tejo. 23 de Noviembre de 2016. From http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/es/bogotanitos/recreaccion/tejo
- Alcaldía Municipal de Pacho, Cundinamarca. 24 de Noviembre de 2016. From http://www.pacho-cundinamarca.gov.co/index.shtml
- Ladrillera. 14 de mayo de 2013. http://es.slideshare.net/papo622/ladrillera-21171957
- ZipaNet uniminuto. 24 de abril de 2016. http://zipanetuniminuto.blogspot.com.co/2016/04/escuela-mariscal-sucre-de-lo-coclies.html
- Zipaquirá Colombia travel . 23 de Noviembre de 2016. From http://www.colombia.travel/es/a-donde-ir/andina/zipaquira
- Barrio Los Coclies Facebook. 24 de Noviembre de 2016. From https://www.facebook.com/barrio.loscoclies
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