domingo, 4 de diciembre de 2016

Un tesoro ambiental aun vive en Zipaquirá


Parque natural, conservado por el Municipio Salinero. Es un lugar ecoturístico de vital importancia por su fuente hídrica que alimenta la mina de sal, sus flora es rica en esencias y plantas medicinales. Carece de seguridad aledaña pero no es impedimento para que la gran cantidad de visitantes suban en sus ratos libres. 

Zipaquirá, un municipio que extraña sus zonas verdes donde brotaban cultivos y diversa flora que abundaba en varios colores, tamaños y olores, desbordando los andenes y asomándose a las carreteras. Las edificaciones han despojado la gran mayoría de vegetación, secando los posos laterales de las carreteras; la contaminación se descontroló a causa de la exorbitante población. En los últimos diez años, los Zipaquireños se tuvieron que acostumbrar a vivir rodeados de construcciones, zonas verdes baldías y contaminadas, son escasas las zonas con vegetación.
A las afueras de Zipaquirá vía Pacho hay una prueba interesante de la admirable naturaleza que algún día cundió el pueblo Zipaquireño, quedaron rastros. Al llegar allí es posible percibir el cambio del estrés de la ciudad a la tranquilidad que ofrece la naturaleza, es una zona amplia llena de fauna y flora; se encuentra una casa antigua con sus paredes de barro fuertes y sin grietas, llega a parecerse a un condominio campestre; cualquiera quisiera vivir allí, así sea solo por la vacaciones. La vista es increíble, se logra percibir la gran reserva de agua que alimenta a la mina salinera, su agua cristalina hidrata diariamente la hermosa vegetación que la rodea, llega a ser aproximadamente de tres Kilómetros de ancho y ocho Kilómetros de largo. Es considerado como uno de los parques hídricos naturales más ricos de Colombia, surtido por varias fuentes hídricas procedentes del páramo; es considerado como un lugar exótico y de turismo.
El estrés del sonido de los vehículos, el aire contaminado y la poca vegetación le roban energía a las personas, es una vida caótica y aburrida; por esto las personas viajeras y aventureras, aun las que no lo son, prefieren en su día de descanso subir a La Laguna del Pantano Redondo, allí sienten que les devuelven toda la energía que la contaminación de la ciudad y la rutina diaria les quitó. Siendo un lugar tan preciado y tan espectacular para visitar, hay personas que llegan allí a acampar, pero las reglas son estrictas en cuanto al cuidado de la Laguna; no podrán arrojar basura entre la laguna ni a sus alrededores, tienen que guardarlas en sus mochilas e irse con ella, las fogatas no son permitidas si no a varios Kilómetros de la laguna.
En algunas ocasiones hay circunstancias que detienen a las personas a subir a la Laguna, pues algunos de los visitantes han manifestado la poca seguridad que hay allí y en el camino de llegada; lo han dicho en la gran mayoría los ciclistas. Los ecoturistas extranjeros, suben la montaña con sus cámaras colgadas al cuello, sin miedo y sin pensar en que está la posibilidad de un atraco y puedan perder sus objetos valiosos, esto demuestra la cultura social de la nación Asiática, inocentes al compartimiento de algunos habitantes de Zipaquirá, ellos andan confiados por las carreteras con abundantes peatones y por las calles desoladas que suben a montañas, como a la del pantano redondo.
Para muchos fanáticos de espacios verdes y llenos de vida natural, pasan por alto los caminos oscuros y la inseguridad, para ellos no es un impedimento ya que aseguran contar con su propia seguridad, andando en grupos o simplemente con herramientas o armas de defensa personal, han intentado que la policía haga rondas en los caminos y en la laguna pero no ha habido la primer persona que vea un policía o alguien de seguridad allí.
A pesar de la inseguridad, la laguna sigue siendo muy llamativa para los turistas y algunos habitantes de la ciudad; un turista comentaba con cara de asombro y voz de orgullo, que le parece increíble e interesante que la laguna esté en tan buenas condiciones ecológicas frente al alto grado de contaminación que se presenta en el Municipio Zipaquireño, él afirma que la conservación de esta reserva es gracias a las 300 clases de plantas que rodean la laguna, haciendo posible la restauración natural y siendo resistentes a las inclemencias del clima y del ser humano, además de la conservación también armoniza la vista del paisaje para los visitantes: aquellas plantas llegan a ser tan importantes en la conservación de la laguna, así como muchas personas llegan a ser importantes en la vida de un ser humano, personas que mantienen la dicha de alguien, que lo levantan cuando está caído y lo protegen de las inclemencias de otros seres humanos y de diversas condiciones de la vida cotidiana.



Laguna del Pantano Redondo y la Casa Campestre ubicada en frente



Realizado por: Laura Camila Rodríguez Martín